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EL DOCTOR ESTIVILL Y EL LIBRO QUE SALIÓ POR LA VENTANA

       Cuando estás a punto de ser padre por primera vez, una serie de preocupaciones y temores te invaden la cabeza nublando tu mente, haciendo que tus niveles de estrés se disparen y la ansiedad te chorree por las orejas. Una de las cosas que nos preocupaban a mi mujer y mí era el asunto del no poder dormir por las noches, sobre todo porque mucha gente se había encargado de meternos el miedo en el cuerpo haciéndonos saber lo terrible que resultaba esa etapa. (Spoiler para quienes lean esto y aún no hayan tenido hijos y quieran tenerlos: todo lo que os cuenten al respecto a lo de no poder dormir se queda corto; es mucho peor de lo que cuentan).   “Aprovechad ahora y dormir todo lo que podáis porque, en cuento nazca el bebé, eso se acabó” , nos decían. “¿Dormir? Yo ya ni me acuerdo de lo que es eso” . “Nosotros casi nos separamos por culpa de la falta de sueño” . Todo lo que nos decían eran cosas por el estilo. Una vez incluso quedé con un amigo que acab...

LA MANTA ELÉCTRICA Y EL MÁS Y MEJOR

     En casa tenemos una manta eléctrica. No me gusta. No me gusta nada. Nunca me han gustado las mantas eléctricas. La sola idea de una manta eléctrica ya me inquieta. Desde que la inventaron nos la han vendido como el culmen de la civilización y prosperidad humana, de la comodidad y el bienestar; la prueba irrefutable de que nuestra evolución como especie ha sido un éxito. Nunca lo he visto así. Para mí, una manta eléctrica no es más que una manta normal pero que, por usarla, tienes que pagar más en la factura de la luz y, además, asumir el riesgo de morir electrocutado mientras duermes.        Mis padres tienen una desde hace mucho tiempo. Están encantados con su manta eléctrica. Bueno, en realidad, todo el que se compra una está encantado con ella. ¡Claro! Te has gastado el dinero y ahora solo puedes decir que es una maravilla; de lo contrario quedarías como un idiota. A día de hoy mis padres aún conservan esa manta; y hablan de ella como si fuera ...

EL BUFFET LIBRE O LA RAZÓN POR LA QUE SOMOS UNA ESPECIE FALLIDA

  ¿Cuál es mi problema con los buffets libres?        En realidad no es más que el mismo problema que tiene casi todo el mundo que va a comer a un restaurante de este tipo. Una vez escuché a alguien decir que los psicólogos y psiquiatras, si se pusieran a estudiarlo en serio, podrían diagnosticar los trastornos de la gente solo con ver como se comportan en un buffet libre. Puede que esta afirmación sea un poco exagerada pero encierra algo de verdad. Un buffet libre saca lo peor de nosotros y pone de manifiesto que somos una maravillosa especie fallida; algo que, por otra parte, siempre he sospechado.      A lo largo de mi vida he ido a muchos buffets . No por iniciativa propia, sino por motivos laborales. Durante un buen puñado de años me he dedicado al entretenimiento como mago profesional, y he trabajado actuando en hoteles de la costa durante las temporadas veraniegas. Este tipo de hoteles y resorts se llenan de familias deseosas de pasar ...

¡Horror! Llegó la adolescencia.

     Mi hija ha cumplido doce años. Llevo temiendo este momento desde que cumplió cinco. Durante la celebración de su quinto cumpleaños, en un momento dado, mi hija se separó de sus amiguitos dejando de hacer lo que estaba haciendo, (que, por las risas y el alboroto, parecía ser algo muy divertido) , para venir corriendo hasta mí y darme un abrazo. “Papi, te quiero mucho” , me dijo mientras me apretaba con sus bracitos. Después me soltó y volvió de nuevo a zambullirse en su fiesta.        Prometo que tuve que hacer un verdadero esfuerzo para contener las lágrimas.        “Como se echa de menos esta etapa después”, me dice un padre que está en la fiesta y que ha presenciado la escena.      “¿A qué te refieres?” , le pregunto mientras me limpio la baba que aún me chorrea por la barbilla.      El padre, que tiene otros dos hijos mayores, uno con trece y otra con quince, me dice:      “Cuando...