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DE LAS COSAS DEL LEER

     No fui un lector precoz. De hecho, empecé a leer bastante tarde. Mejor dicho, me enganché a la lectura bastante tarde. Por supuesto que leer si que leía cuando era niño, pero no lo hacía por placer sino por imposición; en el colegio había que leerse ciertos libros y no quedaba otra, quisieras o no. Tengo el recuerdo de haber disfrutado de aquellas lecturas infantiles, pero ninguna de ellas logró transformarme en el lector vocacional que soy hoy; eso ocurrió más tarde, recién inaugurada la adolescencia cuando llegó a mi vida el libro que lo cambiaría todo. Y lo curioso es que ni siquiera se trataba de un gran libro, pero la mayoría de las veces este tipo de Epifanía ocurren con las cosas más banales, y no con una obra canónica o una obra maestra.   Las experiencias vitales son así de caprichosas.   El libro en cuestión era Los Ojos del Dragón , escrito por Stephen King. Experimenté, por primera vez, esa maravilla de sentirme atrapado por una historia esc...

GESTOS PEQUEÑOS

                           El otro día estaba teniendo una actuación mala.   Vale, creo que es necesario un poco de un contexto para que quede claro a que me estoy refiriendo.   Para el que no lo sepa, además de ser un aficionado a esto de juntar letras y contar cosas, también soy mago profesional. En realidad, emplearé una palabra que me gusta más que mago para definir lo que hago: ilusionista. De modo que soy ilusionista profesional. Me dedico a entretener, divertir y asombrar a la gente haciendo juegos de magia. Actúo, sobre todo, en eventos privados, eventos corporativos y, en las temporadas de verano, en hoteles junto a la costa. Por lo general es un trabajo que disfruto mucho. Casi siempre suelo tener buenas actuaciones. La magia o, mejor dicho, el ilusionismo, es una disciplina artística muy agradecida que, si te entregas a ella con el cariño suficiente, te puede dar muchas alegrías. Si...

EL IMPOSIBLE SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

     Me gusta el verano. Soy un gran fan del verano. Es cierto que no es mi estación del año favorita. Disfruto mucho más el otoño, estación que, por otra parte, a casi nadie le gusta. A mi me encanta el otoño. Las razones tienen que ver con mi trabajo, mi personalidad y, bueno, por qué no reconocerlo, cierta romantización de algunas cosas que me gustan para las cuáles el otoño es, sencillamente, el escenario ideal.   Pero hoy quiero hablar del verano. Ya he dicho que el verano me gusta. Me gusta que los días sean largos. Me gusta despertarme temprano y que ya haya salido el sol. Me gustan las fiestas veraniegas de los pueblos; y las reuniones anuales de verano en el pueblo de mi madre, donde me encuentro con gente a la que quiero mucho y que, por desgracia, solo veo una vez al año. Me gustan las terrazas de verano. Me gustan las reuniones con amigos en torno a una piscina para pasar el día; y las charlas al fresco hasta bien entrada la madrugada mientras el hielo ...

SONRÍE

            “La sonrisa es la distancia más corta entre dos personas”.   Este artículo empieza mal. ¿Por qué? Dicen que no conviene comenzar un artículo con una cita, y yo voy y lo hago. Pero, en fin, ya está hecho. Está claro que no soy un buen articulista; aunque eso tampoco es ningún secreto. Bueno, comencemos de nuevo. “La sonrisa es la distancia más corta entre dos personas”.   Esta frase se puede encontrar en internet atribuida a varias personas: a Daniel Goleman, a Victor Hugo, al genial Victor Borge, incluso se la atribuyen a Chaplin. No sé decirte ahora mismo a quien pertenece la cita realmente, pero no me importa, la frase me encanta y, para lo que quiero decirte, con eso me vale.   Creo, firmemente, en el poder de la sonrisa. En la sonrisa como elemento de comunicación y acercamiento con otras personas. En la sonrisa como respuesta antes ciertos hechos de la vida. La sonrisa, casi, como forma de vida. Una simple sonr...

EL PERRO Y LA LLUVIA

          Me encantan los días de lluvia; sobre todo cuando no tengo que salir y puedo quedarme en casa viendo llover a través de la ventana. La lluvia me parece romántica, siempre y cuando me pille a cubierto y calentito, claro. El cine y la literatura han idealizado la imagen de la gente cantando y bailando felices bajo la lluvia; o la de la pareja de enamorados besándose apasionadamente mientras les empapa una tromba de agua. Pero la realidad es que la lluvia no es un elemento agradable para hacer ninguna de estas cosas. ¿Alguna vez has besado a alguien bajo la lluvia? Yo lo he hecho. Y es incómodo. Muy incómodo. Ahora bien, si la cosa consiste en besarse estando guarecido, en un entorno seco, caliente y cómodo mientras fuera la lluvia golpea los cristales de las ventanas siendo testigos de la pasión, entonces sí que lo compro.     Otra cosa que me gusta hacer los días de lluvia es tumbarme con mi manta a leer mientras saboreó una taza de cac...

MI HISTORIA CON EL DEPORTE

          Mejor decirlo abiertamente, sin rodeos: el deporte nunca ha sido lo mío. Ya desde pequeño, los otros niños del barrio venían a buscarme para jugar a mil cosas, pero nunca me buscaban cuando el plan era jugar al fútbol. Las veces que lo intenté lo único que hacía era estorbar en todas partes y hacer que los demás se enfadasen conmigo por torpe. Recuerdo que cuando llegaba el momento en el que los capitanes de los equipos iban eligiendo jugadores, a mi siempre me dejaban para el último. Me elegían porque no tenían más remedio, y porque sus madres les habían dicho que no estaba bien discriminar a nadie y que teníamos que jugar todos juntos. Esa obsesión tan de madre de querer que todos nos llevemos bien. La cosa es que, en realidad, yo estaba deseando que me discriminasen. Lo pasaba fatal jugando al fútbol; me producía muchísima tensión. Cada vez que la pelota venía hacía mí, yo me encogía sobre mi mismo y me quedaba paralizado. La presión era horrib...

EL DOCTOR ESTIVILL Y EL LIBRO QUE SALIÓ POR LA VENTANA

       Cuando estás a punto de ser padre por primera vez, una serie de preocupaciones y temores te invaden la cabeza nublando tu mente, haciendo que tus niveles de estrés se disparen y la ansiedad te chorree por las orejas. Una de las cosas que nos preocupaban a mi mujer y mí era el asunto del no poder dormir por las noches, sobre todo porque mucha gente se había encargado de meternos el miedo en el cuerpo haciéndonos saber lo terrible que resultaba esa etapa. (Spoiler para quienes lean esto y aún no hayan tenido hijos y quieran tenerlos: todo lo que os cuenten al respecto a lo de no poder dormir se queda corto; es mucho peor de lo que cuentan).   “Aprovechad ahora y dormir todo lo que podáis porque, en cuento nazca el bebé, eso se acabó” , nos decían. “¿Dormir? Yo ya ni me acuerdo de lo que es eso” . “Nosotros casi nos separamos por culpa de la falta de sueño” . Todo lo que nos decían eran cosas por el estilo. Una vez incluso quedé con un amigo que acab...

LA MANTA ELÉCTRICA Y EL MÁS Y MEJOR

     En casa tenemos una manta eléctrica. No me gusta. No me gusta nada. Nunca me han gustado las mantas eléctricas. La sola idea de una manta eléctrica ya me inquieta. Desde que la inventaron nos la han vendido como el culmen de la civilización y prosperidad humana, de la comodidad y el bienestar; la prueba irrefutable de que nuestra evolución como especie ha sido un éxito. Nunca lo he visto así. Para mí, una manta eléctrica no es más que una manta normal pero que, por usarla, tienes que pagar más en la factura de la luz y, además, asumir el riesgo de morir electrocutado mientras duermes.        Mis padres tienen una desde hace mucho tiempo. Están encantados con su manta eléctrica. Bueno, en realidad, todo el que se compra una está encantado con ella. ¡Claro! Te has gastado el dinero y ahora solo puedes decir que es una maravilla; de lo contrario quedarías como un idiota. A día de hoy mis padres aún conservan esa manta; y hablan de ella como si fuera ...